La higiene del bebé es un momento delicado, debido principalmente, a que la piel que éste presenta es muy fina, siendo vulnerable a ciertos agentes agresores que pudieran dañarla. Por este motivo, cuando se trate de la higiene del pequeño, además de emplear unos productos específicos para tal fin, habrá que conocer unos cuidados especiales para que ésta se realice de forma correcta, evitando así errores comunes que pueden acarrear consecuencias negativas para el bebé.
Aplicar el champú al final del baño
No dejar el tiempo suficiente al champú para que éste actúe, es uno de los errores más frecuentes. El champú debe aplicarse al principio del baño y dejar que éste repose sobre el cabello del bebé durante 4-5 minutos, mientras, lo mejor es lavar el resto de su cuerpo a la vez que éste se divierte jugando en el agua.
Falta de higiene en la piel
El hecho de que un bebé no realice actividad física, no quiere decir que éste no sude, por lo que es muy importante mantener una higiene adecuada de su piel, ya que los restos de sudor e incluso el polvo del ambiente, se pueden acumular sobre ella, provocando en muchas ocasiones irritaciones. Por ello, lo idónea sería bañar al bebé todos los días, empleando productos hipoalergénicos y con un pH neutro diseñados específicamente para la piel del bebé.
Poca higiene en la zona íntima
Una incorrecta higiene de la zona íntima del bebé suele darse porque los padres, sobre todo los primerizos, no saben cómo llevarla a cabo. En el caso de los niños, se ha de saber, que durante la limpieza, no se debe retirar el prepucio, ya que éste protege el interior del pene, evitando infecciones en la zona. En el caso de las niñas, suelen darse dos errores. El primero es lavar la zona anal antes que la vaginal, provocando irritaciones e infecciones al pasar las bacterias del intestino a la vagina. Y el segundo, es emplear braguitas o pantalones muy ajustados, los cuales, pueden causar irritación.
Falta de higiene en manos y uñas
Para evitar posibles infecciones, es necesario que el niño conozca unos buenos hábitos en cuanto a la higiene de sus manos se refiere, siendo preciso enseñarle cuándo y cómo debe lavárselas. Además, un buen mantenimiento de las uñas, evitará que si el niño se araña, la herida se infecte.
Falta de limpieza de la nariz
Para su correcta limpieza, será necesario acostar al niño boca arriba, girar su cabecita hacia un lado y aplicar suero fisiológico en el orificio nasal superior mientras se le sujeta bien la cabeza. Después, se realizará lo mismo en el otro orificio nasal, girando la cabeza del bebé hacia el otro lado. Pasados unos 10-20 segundos se incorporará al pequeño para que éste expulse las mucosidades, y se finalizará, empleando un aspirador nasal.