El Puerro (Allium Porrum) es una excelente alternativa de cultivo para nuestro balcón o pequeño jardín, ya que además de no requerir especiales cuidados, se desarrolla en espacios pequeños, por lo que es ideal para plantarlo en maceteros y cosecharlos posteriormente para añadirlos a nuestras recetas de cocina.
Antes de nada, es importante aclarar que los Puerros deben sembrarse a comienzos de la primavera, cosechándose entre 4 y 5 meses después de haberlos sembrado.
En primer lugar, deberemos plantar los Puerros en almácigos (pequeños recipientes de cultivo individuales), para posteriormente y una vez hayan transcurrido unos 3 meses o alcancen una altura de unos 10 cm, trasplantarlos a un macetero de forma definitiva, el cual, deberá tener un volumen de tierra de aproximadamente 4 L y 25 cm de profundidad.
Los Puerros requieren de suelos ricos en nutrientes, húmedos pero bien drenados y con un pH de entre 6 y 8, aunque pueden adaptarse y desarrollarse en otros tipos de tierra. Será recomendable aplicar compost orgánico sobre la tierra para proporcionarle los nutrientes necesarios.
Respecto a la exposición a la luz solar, los Puerros requieren de una cantidad abundante y diaria de luz solar, sin embargo, también necesitan disfrutar de un lugar sombreado en el que descansar en algún momento del día.
En cuanto al riego, deberemos garantizar que nunca tengan escasez de agua, ya que esto podría retrasar su crecimiento o acortarlo, aunque evitando también que la tierra no se encharque.
A modo de recomendación podremos practicarle a los Puerros una técnica de blanqueado, la cual, permite eliminar la tonalidad verde de la base de las hojas de éstos, de modo que al incorporarlos en nuestra dieta, podamos aprovechar mayor cantidad de planta.
Esta técnica se aplicará removiendo bien la tierra para que la base quede expuesta a la luz del sol, y colocando un plástico reflectante orientado a la misma para que incremento los efectos de la luz solar.