Aunque dediquemos tiempo y esfuerzo al cuidado y mantenimiento del césped, es posible que en ocasiones, éste se vaya debilitando en las zonas de paso, provocando la aparición de calvas que resultan totalmente antiestéticas.
Por esta razón, en el siguiente artículo os enseñaremos a resembrar aquellas zonas del césped que hayan quedado dañadas, de una forma ecológica y sencilla.
Normalmente, este proceso deberá llevarse a cabo a principios del otoño, ya que durante la primavera y, sobre todo, el verano, el césped estará sometido a un mayor estrés, tanto por parte de los habitantes de la casa como por el clima.
Cómo resembrar el césped dañado
Primeramente deberemos cortar el césped y eliminar todas las impurezas que se hayan ido acumulando en su superficie, tras lo cual, podremos ya iniciar el proceso de resiembra.
Ahora, añadiremos un abono específico de liberación lenta y con alto contenido en fósforo y potasio, que incrementará la implantación, la regeneración y el desarrollo de las raíces del nuevo césped.
Tras realizar el abonado correspondiente, comenzaremos con la resiembra. Para ello, elaboraremos un recebo (sustrato mezclado con arena de río o de sílice) y turba, el cual, emplearemos como elemento de acolchado para la resiembra.
A continuación, añadiremos las semillas de césped en las zonas con calvas, pero teniendo siempre cuidado de administrar la dosis indicada por el fabricante del producto, y posteriormente, recubriremos dichas semillas con el recebo elaborado.
Por último, concluiremos la resiembra del césped compactando toda la mezcla con una azada ancha, con la que conseguiremos prensar y unificar las semillas y el recebo, repitiendo el proceso para todas aquellas zonas que se encuentren dañadas.
Y de este modo, conseguiremos que nuestro césped vuelva a recuperar su estado natural, perfectamente cuidado y mantenido.