Cataluña ha decidido triplicar las plazas de acceso a la FP dual para el próximo curso, así como ofrecer la posibilidad de cursar determinadas asignaturas en inglés de forma integrada o facilitar la posibilidad de cursar una modalidad de Bachillerato online.
La FP dual, tan extendida en países como Alemania, permite combinar el aprendizaje en un centro educativo con el de un entorno laboral, haciendo efectivas hasta el 33% de las horas del curso en un centro de trabajo.
Durante el próximo curso académico se ofertarán hasta 1.785 plazas nuevas en 45 centros distintos e impartiendo hasta 33 títulos formativos diferentes, lo que supone un notable aumento en comparación al curso anterior, donde sólo proporcionaron 590 plazas. Respecto a las empresas acogidas a este proyecto, también aumentarán su presencia, pasando de las 83 del curso anterior a las 164 del próximo.
De este modo, se proporcionarán hasta 220.123 plazas para ciclos de grado medio y superior, superando en más de 3.000, las ofertadas actualmente.
Con esta decisión se pretende promover y desarrollar el “plan de ocupabilidad de los jóvenes”, el cual, no sólo pretende afectar a la Formación Profesional, sino también al Bachillerato, con el objetivo de que el 93% de los jóvenes entre 16 y 18 años, tengan la oportunidad de iniciar o retomar el acceso a la formación secundaria.
Otra de las principales novedades que se incluirán en el próximo curso académico, será el Bachillerato a distancia (blended learning) impartido por el Institut Obert de Catalunya (IOC), el cual, permitirá combinar clases presenciales con formación online a distancia de determinadas asignaturas optativas, siendo supervisada por un servicio especial de tutores, quienes serán los responsables de que los alumnos puedan adquirir los conocimientos necesarios y de igual modo que si se impartieran de forma presencial.
Desde la consejería de Educación, se espera que hasta el 10% de los centros educativos de la región, decidan acogerse a este novedoso programa educativo.
Por último, se promoverá la enseñanza del inglés, no como el aprendizaje de un idioma en sí mismo, es decir, como una asignatura independiente, sino como una herramienta de trabajo, tal y como establece la metodología AICLE, la cual, se basa en que el aprendizaje de un idioma es mucho más efectivo cuando se aplica a través de materias comunes, y no enseñándola como materia independiente.