La subida en el recibo de la luz para este verano girará en torno al 4,4%, estableciendo la factura mensual para un hogar de consumo medio, en unos 78,18 euros, gracias principalmente a la subida del 1,2% aplicada en el mes de julio y al nuevo incremento del 3,2% que se aplicará este mes de agosto.
En un principio, con la nueva subida de agosto, los usuarios deberíamos abonar 2,4 euros más de media, sin embargo y a efectos prácticos, debido al nuevo modelo de facturación que quiere establecer el Gobierno, esa cifra no será fija, ya que podrá variar en función de la potencia contratada y el consumo realizado.
Llevado a la práctica, que es lo que nos interesa, con este nuevo modelo de facturación de la luz se penalizarán mucho más los consumos reducidos, de modo que intentaré explicarlo para que se entienda.
Previamente, es importante conocer que la parte del recibo que establece la potencia contratada presenta normalmente un valor fijo, mientras que el consumo suele tener un precio variable, que se establece en subastas de mercados mayoristas.
De este modo, con el nuevo modelo de facturación, el cual, incrementa el término fijo en un 44% (pasando de 21,89 a 31,52 euros/mes) y reduce el término variable en un 62% (pasando de 0,14 a 0,05 euros/Kw), tenemos que aquellos usuarios que consuman poco, pero que hayan contratado una gran potencia, notarán mucho más el impacto de la subida.
También es importante destacar la aplicación de un nuevo modelo de factura de la luz que constará de hasta 3 páginas, en las que se detallarán distintos aspectos abonados en el recibo, como por ejemplo, el importe destinado a las energías renovables, el origen de la energía consumida, la tecnología empleada, la potencia contratada, el consumo realizado, el impuesto de la electricidad y el IVA, el alquiler del contador, etc…