Antes de nada, debemos tener claro el concepto de “broker”, al cual, podemos definir como un individuo o una empresa que ejerce labores de intermediación entre un comprador y un vendedor, exigiendo su correspondiente comisión.
No obstante y a diferencia de lo que sería un intermediario al uso, un broker ejerce también como asesor y consejero sobre todo tipo de asuntos financieros y de negocios.
De este modo, un broker invierte en multitud de productos financieros en nombre de su cliente, por lo que se puede hablar de broker de renta fija o de renta variable, en función del producto sobre el que actúe. En este caso, nos centraremos en los brokers de renta fija.
Broker de Renta Fija
Los brokers de renta fija son aquellos que operan y actúan con bonos y obligaciones en los mercados de deuda, aunque también trabajan con pagarés y letras.
En definitiva, operan principalmente con activos a corto o largo plazo de renta fija en el mercado de deuda, es decir, aquellos activos cuya garantía radica en el patrimonio de la empresa, y que por lo tanto, no se encuentra salvaguardado por los conocidos Fondos de Garantía de Depósitos.
Sin embargo, la labor de un broker de renta fija no se limita a asesorar y a intermediar en la adquisición de un determinado título de renta fija y esperar a que se cumpla el correspondiente vencimiento, para que el cliente pueda cobrar los beneficios, ya que estos títulos de deuda se comportan como acciones de cualquier tipo, y por tanto, pueden comprarse y venderse en cualquier momento, sin necesidad de aguardar hasta el vencimiento para obtener el mencionado beneficio.
Dicho beneficio dependerá del tipo de empresa que emita la deuda o de los tipos de intereses que coticen en el momento de la venta, debido a que los brokers de renta fija cotizan en la AIAF mediante la plataforma electrónica de negociación SEND, y por tanto, estarán sujetos a todo este abanico de variables.