El Olivo (Olea Europea L.) es uno de los elementos fundamentales en la aclamada dieta mediterránea, ya que proporciona no sólo una gran cantidad de propiedades alimentarias, sino que también, como productos terapéutico, podemos utilizar tanto su aceite como su fruto para prevenir y curar una gran variedad de afecciones.
Propiedades Hipotensoras
El Olivo es un potente hipotensor, es decir, ayuda al organismo a reducir la tensión arterial gracias a su capacidad vasodilatadora, lo que resulta muy eficaz en personas que padezcan arterioesclerosis o deseen prevenir la aparición de una angina de pecho.
Se consumirían 60 g de hojas de Olivo secas en un litro de agua mediante una infusión, tomando 3 tazas al día.
Propiedades Diuréticas
El consumo de esta misma infusión permite incrementar el volumen de orina producido, incrementando no sólo la cantidad de impurezas expulsadas del cuerpo, sino que también, resulta un excelente método de prevención contra inflamaciones hepáticas y cálculos biliares.
Propiedades Laxantes y Anti-Hemorroides
En casos donde se padezca estreñimiento, se puede ingerir un par de cucharadas de aceite de oliva crudo en ayunas.
Para aliviar el efecto de las hemorroides, coceremos 30 g de corteza de olivo en un litro de agua, y lavaremos la zona afectada con la solución.
Propiedades Anti-Febriles y Anti-Colesterol
Una alternativa excelente para bajar la fiebre consiste en consumir una infusión de 60 g de hojas secas de Olivo, tres veces al día, o macerar 60 g de corteza de Olivo en 250 ml de alcohol, e ingerir 20 gotas de la solución, tres veces al día.
Propiedades Calmantes y Cosméticas
El aceite de oliva puede emplearse en la realización de masajes de zonas tensadas o doloridas, debido a sus conocidas propiedades vaso-circulatorias.
Preparar una solución de aceite de oliva y zumo de limón permite a las embarazadas prevenir la aparición de estrías posteriores.
El aceite de oliva también es una alternativa natural para combatir la sequedad vaginal.