El Cerezo (Prunus Cerasus) es un gran árbol frutal, que además de proporcionarnos unos frutos de gran sabor, es muy valorado en la ornamentación de jardines debido al color rosado que adquieren sus flores.
El Cerezo no precisa de muchos cuidados, siempre y cuando tenga las condiciones óptimas para crecer. Lo primero de todo, es tener claro que este árbol puede llegar a medir 25 metros de altura, por lo que necesitará de un amplio espacio para su cultivo.
Podemos cultivarlo desde la semilla, la cual, ha de remojarse al menos 24 horas antes de ser plantada, siendo un proceso que puede llegar a resultar tedioso, por lo que si somos principiantes, es aconsejable adquirir un Cerezo algo desarrollado y enraizado, con lo que tendremos más posibilidades de éxito.
El Cerezo ha de ser plantado a finales de otoño o principios de invierno, ya que precisa del frío para desarrollarse, por lo que es conveniente que sea plantado en climas fríos. Es muy resistente a las heladas, siempre y cuando no sean tardías, ya que podrían dañar sus frutos. Además, necesita de mucha luz solar diaria, así que deberemos elegir un lugar muy soleado para plantarlo, lejos de otros árboles que puedan bloquear la luz que necesita para su crecimiento.
Aunque el Cerezo se adapta muy bien a todo tipo de suelos, prefiere los calizos, frescos, profundos y con un buen drenaje. Ha de tener una gran cantidad de nutrientes, por lo que será necesario cubrir la base del árbol con una cantidad generosa de abono, consiguiendo así que el Cerezo tenga las raíces protegidas y se potencie su crecimiento. Este abono debe aplicarse en otoño, siendo sustituido por uno nuevo en el siguiente otoño.
En cuanto al riego, el Cerezo no precisa de mucha agua, pero si nos encontramos con una temporada de sequía, será necesario regarlo de forma regular, evitando que se produzcan encharcamientos que pudieran pudrir sus raíces.
La poda del Cerezo debe realizarse antes de la caída de la hoja, en la estación de otoño, limitándonos a despuntarlo para que se vea obligado a ramificar, creciendo lateralmente y aumentando con ello la floración que se produce en primavera y la producción del fruto, que se da desde el mes de noviembre hasta el mes de enero.
Hay que tener mucho cuidado con las plagas y enfermedades del Cerezo, ya que es muy propenso a ellas, así como proteger el árbol de las aves, de lo contrario, es posible que no podamos disfrutar de sus cerezas.