Cultivos que prosperan en suelos pedregosos

Los suelos pedregosos son ideales para plantas que son capaces de prosperar sin necesidad de tierra fina, la cual, abunda en los jardines de cultivo. Estos suelos se encuentran cerca de cunetas, calzadas, laderas y áreas donde se depositan residuos.

En este caso, los valores nutricionales tienden a reducirse y el drenaje a incrementarse. Las plantas que crecen prolíficamente en este tipo de suelo presentan sistemas de raíces resistentes, y por lo tanto, requieren de poco seguimiento y mantenimiento.

Lavanda fina

La Lavanda fina (Lavandula officinalis) es una planta perenne originaria de Inglaterra que requiere de poco mantenimiento y fertilización.

Prefiere la exposición parcial a la luz del sol, y suele plantarse en cunetas, jardines rocosos y laderas. Sus flores, de color púrpura intenso, crecen sobre tallos altos que suelen elevarse por encima del follaje ambiental que los rodea.

Amor de hombre

El Amor de hombre (Tradescantia fluminensis) es una planta perenne que suele cubrir áreas rocosas, depósitos de residuos y cunetas, que al ser de florecimiento frecuente y crecimiento rápido, es una excelente alternativa para patios y jardines empedrados.

Esta planta requiere de muy poco mantenimiento, y de un riego ocasional, ya que el exceso de agua puede provocar la putrefacción de las raíces. Sus flores se agrupan en racimos rosas y blancos.

Caléndula

La Caléndula (Calendula officinalis) es un tipo de planta resistente y de floración frecuente, que se adapta a la perfección a suelos duros y empedrados. Sus flores, de color naranja y amarillo, suelen florecer durante los meses más cálidos, proliferando cuando se eliminan las viejas o marchitas.

Esta planta requiere de poca atención y ofrece una resistencia natural a enfermedades e insectos, lo que la hace ideal para plantar en senderos y setos circundantes a patios y jardines. Además, presenta una gran capacidad para reponerse rápidamente de los daños y de la ausencia (o exceso) de agua.

Milenrama

La Milenrama (Achillea millefolium) prospera en los suelos más rocosos y suele encontrarse a pleno sol en el borde de calles y cunetas. Presenta flores en forma de disco y de color amarillo, rosa o blanco, las cuales, se desarrollan sobre tallos altos y esbeltos de hojas plumosas.

Esta planta puede soportar vientos fuertes, climas lluviosos y condiciones de tormenta, gracias a la profundidad de sus raíces y a la fortaleza de sus tallos. Además, es una planta perenne que atrae a muchos insectos, lo que proporciona excelentes resultados de polinización.