El Tulipán (Tulipa spp) es un tipo de planta bulbosa, es decir, que desarrolla un tallo subterráneo más ancho, que actúa como órgano de reserva y multiplicación.
Los Tulipanes son unas plantas ornamentales muy vistosas, que además, presentan un cultivo bastante sencillo, por lo que resultan ideales para la decoración de nuestro jardín, balcón, terraza, etc.
A continuación, mostraremos cómo podemos cultivar Tulipanes en nuestro propio hogar.
Siembra del Tulipán
Los bulbos de Tulipán deben plantarse en el otoño, directamente en el jardín, o bien, en macetas. Para ello es necesario preparar el terreno, el cual, debe tener una profundidad de unos 25 cm, debe ser suelto, muy bien drenado y con gran cantidad de materia orgánica.
Allí se depositarán los bulbos de forma aleatoria, y con la ayuda de una pala de jardinería, se irán enterrando a unos 15 cm de profundidad, con la punta hacia arriba y dejando unos 10 cm de separación entre cada bulbo.
Riego del Tulipán
Una vez plantados los Tulipanes, es importante asegurarnos de que el nivel de humedad se mantiene siempre constante, regando cuando sea necesario, sobre todo, justo antes de la etapa de floración, momento en el que el riego deberá ser más abundante.
A este respecto, no es necesaria la utilización de fertilizantes, debido a que si los bulbos son de alta calidad, bastará con los nutrientes que éstos almacenen en su interior para poder auto-abastecerse durante su desarrollo.
Germinación del Tulipán
Cuando los tulipanes comiencen a brotar, éstos no deben estar expuestos a la luz directa del sol, aunque si requerirán de una temperatura cálida en el ambiente (entre 13 y 18oC). En caso de que el clima general sea frío, deberemos protegerlos con un invernadero, o bien, trasladándolas al interior de la casa.