El Pak Choi (Brassica chinensis L), conocido también como el “repollo chino”, es una verdura de origen oriental y con un sabor amargo, muy similar al de la acelga europea.
Su cultivo es relativamente sencillo, aunque requiere de ciertos cuidados y de un seguimiento durante todo su proceso de germinación, tal y como veremos a continuación.
Siembra del Pak Choi
La siembra del Pak Choi puede efectuarse de forma directa, o bien, cultivándolo en semilleros, y trasplantándolo posteriormente.
El método más efectivo es la siembra en semilleros, enterrando las semillas a una profundidad de entre 1,5 y 2 cm. Una vez comience a desarrollarse la planta, habrá que trasplantarla, dejando una separación de aproximadamente 90 cm entre planta y planta.
El Pak Choi puede sembrarse entre septiembre y diciembre, situándose el periodo ideal entre octubre y noviembre.
Suelo del Pak Choi
El suelo requiere de una preparación previa para asimilar las plantas de Pak Choi, es decir, éste debe presentar una textura suelta, ser muy drenante y presentar abundante compost orgánico en su interior. En este sentido, es necesario evitar los encharcamientos durante los periodos de riego.
Riego del Pak Choi
El Pak Choi es una planta exigente con respecto a los niveles de humedad del suelo, sobre todo, en sus primeros estadios, por lo que debe regarse durante periodos cortos, pero de forma constante a lo largo de la semana.
En el momento de la floración se podrá alargar el ciclo de riego para así evitar el ataque de hongos y bacterias.
Condiciones climatológicas del Pak Choi
El Pak Choi no requiere de la exposición directa al sol, por lo tanto, y en la medida en que sea posible, deberá recibir únicamente rayos de luz filtrada, evitando de ese modo el aceleramiento en el secado de las hojas.
Cosecha del Pak Choi
El Pak Choi deberá cosecharse unos 30 días después de haberse sembrado, momento en que sus hojas comenzarán a adquirir un tono carameloso y una textura más quebradiza.