La Haba (Vicia faba) es una legumbre básica en la alimentación diaria y muy fácil de cultivar, por lo que en este artículo, os enseñaremos a cultivarlas en vuestro propio hogar.
Siembra de la Haba
Las Habas deben sembrarse en hileras de 60 cm de longitud, con una separación de unos 20 cm entre planta y planta.
Las semillas hay que plantarlas a una profundidad de 5 cm, siendo lo más recomendable hacerlo en primavera (en climas fríos), o bien, durante el otoño (si el clima es más templado).
Suelo de la Haba
Respecto al terreno, no requiere de cuidados o necesidades especiales, ya que la Haba se puede adaptar a multitud de tipos de suelos con características diferentes.
En este sentido, al tratarse de una leguminosa, absorbe el nitrógeno del aire, por lo tanto, el terreno para su cultivo no requiere de fertilizante.
Riego de la Haba
El mejor momento para realizarlo es cuando la Haba se encuentra en la etapa de floración y fructificación.
Al igual que sucede con otras leguminosas, no es recomendable abusar del riego, ya que de lo contrario, el suelo puede humedecerse en exceso y crear pequeños depósitos de agua, lo que a la larga, resultará contraproducente para su correcto crecimiento.
Poda de la Haba
Es recomendable eliminar las malas hierbas durante el proceso de crecimiento, para así evitar que la Haba pueda desarrollarse sin alteraciones.
En este caso, podremos estimular el crecimiento de las vainas, pellizcándolas eventualmente durante su crecimiento, o empleando tutorados o guías con estacas y cuerdas.
Cosecha de la Haba
La recogida de las Habas debe realizarse entre los 70 y los 90 días después de la siembra no. El mejor momento para llevar a cabo la cosecha debe ser cuando las vainas estén todavía verdes, almacenándolas posteriormente en un lugar frío para su conservación, o bien, guardándolas directamente en el congelador.
Si se desea acelerar el proceso de maduración, se pueden despuntar los extremos de los tallos más importantes una vez se hayan desarrollado las primeras vainas.