La Cebolla (Allium cepa) es uno de los alimentos más utilizados en la gastronomía diaria, siendo siempre una buena idea para cultivar en nuestro huerto o jardín, ya que no requiere de excesivos cuidados.
Sin embargo, en ocasiones, cuando han sido cosechadas, pueden aparecerle brotes verdes, teniendo de este modo, Cebollas brotadas. En este caso, y contrariamente a lo que se pueda pensar, no deben desecharse, sino que pueden volver a ser plantadas y obtener así nuevas Cebollas para su consumo.
Siembra de la Cebolla brotada
Deberemos plantarlas una frente a otra, dejando una separación de entre 15 y 25 cm por cada Cebolla, enterrándolas aproximadamente hasta la mitad, y nunca de forma completa.
Además, y como es obvio, deberemos emplear sustrato si son plantadas en un recipiente, o compost orgánico si optamos por suelo natural.
Riego de la Cebolla brotada
Una vez plantadas las Cebollas brotadas, deberán regarse a diario y de forma abundante, procurando que no crezca hierba a su alrededor, ya que le robaría gran cantidad de nutrientes a las raíces, las cuales, se van desarrollando y extendiendo en el subsuelo.
Cosecha de la Cebolla brotada
A medida que vayan pasando los días, irán apareciendo nuevos brotes verdes, sin embargo, para no precipitarnos en la cosecha de estas nuevas Cebollas, será recomendable no extraerla aunque parezca que sus hojas están ya secas, sino ir desenterrándola poco a poco, para así comprobar el tamaño que va alcanzando ésta, y evaluar si ya está en el punto de maduración requerido.
Secado de la Cebolla brotada
Una vez se hayan extraídos las Cebollas, habrá que sacudirlas para eliminar el exceso de tierra, y ponerlas a secar al sol durante unos 2 ó 3 días, teniendo cuidado de removerlas varias veces durante el proceso, para que el secado no sólo afecte a una zona en concreto.
Y de este modo, podremos aprovechar las Cebollas brotadas para obtener nuevas hortalizas, sin necesidad de grandes esfuerzos.