La Parra (Vitis Viniera) o vid es una planta trepadora de tronco retorcido, corteza gruesa, sarmientos y hojas conocidas como pámpanos, la cual, proporciona unas flores verdosas de las que con el tiempo y los cuidados necesarios, saldrán las deliciosas uvas que habitualmente comemos.
Sin embargo, conseguir ese fruto no resulta sencillo, ya que se requiere de mucha dedicación y constancia para mantener sana y fuerte la Parra, no obstante, el hecho de cultivar Parras no sólo nos proporcionará un alimento rico y saludable, sino que también, ornamentará nuestra huerta o jardín.
Siembra de la Parra
La Parra se puede plantar a través de semillas o esquejes, siendo recomendable el segundo método, ya que resulta más rápido y efectivo. Con el tiempo se obtendrá una planta de hasta 30 metros de altura, sino se opta por podarla.
Poda de la Parra
Tal y como mencionamos en el párrafo anterior, es posible que resulte incómodo que la Parra alcance unas dimensiones de 30 m o más, por lo tanto, para evitar este crecimiento, es necesario realizar podas regulares, las cuales, no sólo tendrán como objetivo limitar su altura, sino también, reducir la aglomeración de ramas.
Condiciones climatológicas de la Parra
Primeramente, hay que mencionar que la Parra es una planta típica de climas templados y mediterráneos, por lo tanto, requiere de unas temperaturas de entre 15 y 25oC (y nunca menos de 0oC por la noche).
En este sentido, y aunque es capaz de soportar temperaturas bajo cero de forma temporal, es recomendable que no esté expuesta a heladas prolongadas o vientos de gran intensidad.
Suelo de la Parra
La Parra es un cultivo bastante versátil a la hora de escoger un suelo para su desarrollo, sin embargo, los más recomendables son aquellos que sean húmedos, no compactos, con buen drenaje y bien abonados.
Cosecha de la Parra
La mejor época del año para recolectar las uvas de la Parra es el otoño, momento en que deberían haber madurado ya. Un modo de comprobar que dichas maduraciones ya son un hecho, consiste en observar sus hojas y comprobar que han alcanzado un tono rojizo.