Aunque un perro se porte bien, sea obediente en las actividades cotidianas y muestre una buena conducta a la hora de convivir en familia, no se debe olvidar que es un animal, por lo que es posible que en algún momento pueda modificar su comportamiento, si cambiara su entorno o si se sintiera en peligro.
Por este motivo, y para evitar algún tipo de accidente no deseado, ya bien sea en el propio perro, en otros animales, personas u objetos, es aconsejable enseñar al perro un grado básico de obediencia.
Dicho grado se puede obtener mediante el adiestramiento, consiguiendo con ello el respeto del perro, al mismo tiempo que se afianza el lazo afectivo que une al dueño con el perro y se crea un sistema de comunicación entre ambos.
El adiestramiento será un proceso largo y constante que debe llevarse a cabo entre el perro y el dueño, implicando en él a todas las personas que van a convivir con el perro.
Algunos consejos que se deben de tener en cuenta a la hora de adiestrar perros son: hay que ser muy paciente, no se le debe pegar al perro, se debe mantener una actitud firme a la hora de enseñar, hay que premiarle cuando lo haga bien (mediante el juego, una actividad que le guste mucho o con comida), etc…
A pesar de ser un proceso algo complicado, si se ofrece un adiestramiento de calidad pueden obtenerse enormes beneficios, que sin duda agradarán tanto al dueño como al perro.
Gracias al adiestramiento se consigue que el perro crezca sano y feliz, ya que a través de los ejercicios que se realizan, el perro se desarrollará tanto física como mentalmente. Además, el dueño conseguirá obtener de su perro un compañero fiel que le respetará y al que podrá tratar como a un igual.