Organizaciones italianas en contra del juego, están llevando a cabo numerosas marchas, conocidas como «Slot Mob», para tratar de convencer a los propietarios de establecimientos de hostelería de que no instalen máquinas tragaperras. Así pues, más de 100 asociaciones políticas y sociales de unas 60 ciudades italianas, están marchando en contra de los juegos de azar y para que los lugares de ocio se deshagan de sus máquinas tragaperras y vuelvan a la esencia de los bares tradicionales.
Algunos municipios, como el de Cattania y Perugia, ya pusieron en marcha una serie de decretos municipales en donde se premiaba a los dueños de cafés que se negaran a instalar máquinas tragaperras, aplicándoles un 50% de descuento en algunas de las tasas del municipio. En este sentido, quienes impulsan estas marchas, afirman que están intentando concienciar a la población para que evite caer en lo que llaman «los brazos de la señora suerte».
En este caso, las asociaciones que marchan hasta los locales, suelen organizar una serie de eventos en los alrededores, como por ejemplo, desayunos masivos, partidos de fútbol y actividades de ocio al aire libre. Incluso, algunas organizaciones católicas llegaron a ofrecer misas, mostrando de este modo el apoyo de la iglesia italiana a la lucha en contra de las máquinas tragaperras.
Cabe destacar, que entre las asociaciones más representativas que apoyan la erradicación de las máquinas tragaperras de los locales comerciales, se encuentran Acción Católica, Asociaciones de Padres, Cáritas, la Comunidad de San Egidio y la Casa de los Pueblos, todas ellas con una fuerte tradición religiosa.
Uno de los personajes más entusiastas de estas «Slot Mob», así como uno de sus creadores, Luigino Bruni, profesor de economía en la Universidad Lumsa de Roma, explicó que, «por el bien de la sociedad, es necesario combatir el capitalismo de las tragaperras y el individualismo competitivo de los juegos de azar, a cargo de las empresas multinacionales que comparten un rico mercado«.
Por último, los organizadores afirman también que «un bar sin máquinas tragaperras dispone de más espacio para las personas y que, sobre todo en el sur de Italia, los juegos de azar están estrechamente vinculados con los sectores mafiosos que emplean este tipo de actividad como una vía de acceso para sus negocios ilícitos«.