El CAC (Consejo Audiovisual de Catalunya), ha solicitado una regulación más estricta de la publicidad relacionada con el juego online, con el objetivo de evitar las patologías derivadas del juego en los menores, para lo cual, ha presentado un documento que incluye propuestas de autorregulación sobre esta problemática.
En 2013 en España, el sector del juego online generó un volumen de apuestas de 5.438 millones de euros, lo que supuso una media mensual de 276.958 jugadores activos y una facturación publicitaria de 140 millones de euros. En el caso de Catalunya, un 2,5% de personas sufren ludopatía.
A este respecto, Mariano Chóliz, profesor de Psicología Básica de la Universidad de Valencia, afirmó que «en 2013, todas las modalidades de juego tradicional redujeron su facturación, a diferencia de la del juego online, la cual, se incrementó. En este caso, los adolescentes, debido al uso generalizado que hacen de las nuevas tecnologías, suponen un nuevo nicho de mercado«.
Además, Chóliz indicó que «los juegos de azar activan en el cerebro el sistema de recompensa, de forma parecida a como lo hacen las drogas. La sintomatología del jugador patológico, y que quede claro que no todos los jugadores lo son, resulta muy similar a la del consumidor de drogas, ya que cada vez necesita jugar más, además de sufrir el síndrome de abstinencia. El 10% de los pacientes en rehabilitación por patologías derivadas del juego proceden del juego online«.
Respecto a los adolescentes, categoría que Chóliz considera, a efectos psicológicos, hasta los 21 años, «no se han cumplido las obligaciones en lo que se refiere a las acciones publicitarias, ya que a pesar de existir una legislación, todavía no se ha formulado una regulación«.
Así pues, volviendo al documento impulsado por el CAC, éste exige el desarrollo normativo de varios aspectos de la Ley del juego. En el apartado de la prevención, recomienda «promover la movilización de figuras conocidas, como por ejemplo, famosos, deportistas y personajes respetados por los adolescentes, en campañas publicitarias en las que éstos transmitan los efectos negativos del juego, así como para que den a conocer los riesgos de una posible adicción, lanzando mensajes positivos en el sentido de que el éxito es consecuencia del trabajo y no de un instante de suerte«.