Las autoridades estadounidenses concentran sus esfuerzos en labores de rescate y asistencia tras el paso del huracán Irene por el este y sureste de EEUU, acabando con la vida de18 personas y dejando a casi 4 millones de familias sin suministro de luz durante el pasado fin de semana.
En el día de hoy, el principal temor de las autoridades norteamericanas son las inundaciones que pueden sucederse a raíz de las crecidas de los ríos y que podrían provocar más incidentes y el fallo en el suministro eléctrico por tiempo indefinido.
Irene, que ha sido rebajado hasta la categoría de tormenta tropical, sigue azotando la zona de Nueva Inglaterra, cerca de la frontera con Canadá, presentando unos vientos de más de 80 Km por hora y unas lluvias torrenciales que siguen abnegando pueblos enteros.
Además, la presencia de Irene ha ocasionado la cancelación de más de 10.000 vuelos y la evacuación de casi 400.000 personas que se han visto obligadas a abandonar sus domicilios y cuya fecha de regreso se prevé aun indeterminada.
Sin embargo, tanto los rascacielos neoyorquinos como la zona financiera de la ciudad, se han mantenido intactos al paso del huracán, reanudando desde hoy mismo, el inicio de sus actividades.