Familiares de miembros de la Armada, afincados en el Poblado Naval de Rota, han denunciado la inseguridad civil que se respira en la localidad debido a la oleada de robos, amenazas y vandalismo que llevan padeciendo desde hace meses.
Según su propio testimonio, no cesan de producirse desperfectos materiales y actos vandálicos por parte de unos determinados jóvenes, ajenos al poblado militar, y en situación de exclusión social.
La mayoría de veces, estos grupos habían atacado sólo el mobiliario urbano, pero en las últimas semanas, han comenzado también a hacerlo contra la propiedad privada de los de los vecinos.
El problema de esta inseguridad radica en la jurisprudencia de la base, la cual, no está todo lo clara que debiera para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Ya que cuando un incidente de este tipo es denunciado ante la base, los responsables de seguridad les trasladan para que se lo comuniquen a la Policía Municipal, mientras que si son a estos últimos, a los que se les informa del delito, les instan a que lo denuncien directamente en la base militar.
Pese a que el poblado naval posee seguridad privada propia, financiada por el Ministerio de Defensa, las fuentes vecinales consultadas confirman que “los delincuentes que merodean por la zona, tienen amenazados a los guardas de seguridad para que no actúen contra ellos”. “La mayoría tienen a sus familias viviendo aquí y no quieren crearse problemas con estos grupos”, han asegurado dichas fuentes.
La mayoría de las denuncias interpuestas proceden de mujeres de militares en activo, las cuales, pasan largas temporadas en el mar de maniobras, asegurando que “tienen pánico a enfrentarse ellas solas a los vándalos”, y es por ello que exigen al Ministerio de Defensa, una solución viable y rápida a su problema.