Ruíz-Mateos tiene un plazo de 8 días para depositar una fianza de 30 millones de euros, impuesta por el juez Pablo Ruz, por si se dictaminara su responsabilidad en el escándalo de Nueva Rumasa. En caso contrario, ingresaría de nuevo en la prisión de Alcalá-Meco.
Me cuenta mi “enano infiltrado” que el empresario ha confesado a su entorno más cercano, que le va resultar “imposible” hacer frente a dicho pago.
Ha manifestado que “no dispone de ese dinero”, ante lo cual, ha querido advertir a los suyos que “se vayan preparando para lo peor”.
Ruíz-Mateos es muy consciente de que, si finalmente no abona los 30 millones, tendrá que volver a ingresar en la cárcel de Alcalá-Meco.
La última vez que “tuvo que residir” en la penitenciaria madrileña, fue en 2007, saliendo posteriormente en libertad gracias a la aplicación del tercer grado, debido a su avanzada edad y su frágil estado de salud.
Por ello, el empresario comenta con cierta ironía que “no le desagradaría mudarse de nuevo a Alcalá-Meco”, puesto que no sabe cómo va a poder evitar su ingreso en el centro penitenciario.
Su familia sigue mostrándose optimista respecto al futuro del patriarca de los Ruíz-Mateos, por lo que están intentando por todos los medios, poder reunir los 30 millones de euros.
Una de las posibilidades que barajan, es que algún “viejo amigo” les pueda prestar el dinero. La otra sería ofrecer como garantía, una de las lujosas fincas que la familia todavía posee. Todas las propiedades, aseguran directamente desde su entorno, “están firmadas a nombre de sus hijos o de algún familiar”.
No obstante, los Ruiz-Mateos son conscientes de que, si llegaran a abonar esos 30 millones ante la Audiencia Nacional, originarían serios problemas frente a sus ex empleados, proveedores y acreedores, los cuales, verían extrañados cómo habrían obtenido esa cantidad, mientras que a ellos no se les ha abonado cantidad de la deuda contraída.