Una investigación periodística ha revelado que en España, el 8,6% de las merluzas que se venden como tal, en realidad no lo son, y el 40% pertenecían a una especie distinta a la que se especifica en la etiqueta.
Concretamente, el fraude ha sido revelado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
El estudio se realizó en un total de 150 muestras tomadas en Madrid, ya que es el principal mercado de abastecimiento y venta del pescado en España, y las pruebas de autenticidad se ejecutaron en la universidad de Oviedo.
Un 8,6% de las merluzas vendidas como tal, eran en realidad otros pescados, por supuesto todos de menor valor que la propia merluza.
Hallaron, por ejemplo, bagre vietnamita o granadero, además, el etiquetado del 40% de las merluzas identificaban una especie que no era la auténtica, pues existen diferentes tipos de merluza española, de pincho o chilena, por poner un ejemplo.
La mayoría de los mercados de abastecimiento consultados por los periodistas, echaban la culpa a “fallos humanos” los errores en el etiquetado.
Sin embargo, los autores de la investigación señalan el hecho de que “el pescado siempre era de menor valor que el publicitado, nunca mayor”. También acusan a la falta de rigor y consistencia del estudio, por la limitación en el número de muestras, un total de 150 piezas.
El Ministerio de Sanidad, al ser cuestionado tras la investigación, aseguró que “descartaba problemas de salubridad en los pescados inspeccionados”, aunque en ningún caso negó, de que se tratase de “un flagrante fraude comercial”.