Las grandes fortunas españolas, al igual que hicieran sus “compañeros de armas” franceses, han pedido al Ejecutivo español que les incremente la tasa de impuestos como medida de solidaridad para restablecer la economía nacional de la crisis acontecida.
Según fuentes consultadas, dicha propuesta no va a ser planteada de manera individual, sino que la iniciativa se gestionará mediante el lobby empresarial, creado en su día por los 17 empresarios más importantes del país, y que está liderado por César Alierta, Emilio Botín e Isidro Fainé.
La mayoría de los grandes empresarios ve con buenos ojos pedir al Gobierno un incremento de los impuestos que pagan en su renta. Piensan que hay que demostrar, y más en este momento, la responsabilidad patriótica con el país.
Creen que esta es la mejor herramienta para gestionar esta solicitud formal al presidente del Gobierno, después de que ninguno de los ricos del país decidiera dar un paso al frente en solitario y aparecer como el único propulsor de la medida, debido en parte a la cercanía de las elecciones generales.
El motivo de dicha precaución es el temor a que una petición individual de uno de los “empresarios VIP” pudiera repercutir negativamente en su actividad empresarial en el futuro, y por ello, prefieren ser precavidos.
Mientras tanto, la Ministra de Economía Elena Salgado, continúa debatiendo con su equipo las tasas que deben aplicarse a estas mega fortunas, donde la principal disyuntiva radica en si la aplicación de estos impuestos debe realizarse sobre aquellos que poseen más de un millón de euros, o subirlos hasta los que superen los 1,5 millones.
En función de sobre quien se aplicara, la recaudación pública oscilaría entre los 1.000 y los 2.000 millones de euros.