Un contundente informe redactado por el Banco de España, ha advertido tanto al Gobierno como a la oposición y de manera confidencial, de las graves consecuencias que supondrían para la banca española, una quita del 20 % en la deuda pública nacional, a cambio, los bancos aceptarían aumentar su solvencia hasta el 9%.
Según se ha podido conocer de fuentes financieras cercanas, el documento redactado por técnicos del Banco de España, y remitido con carácter de urgencia a los equipos económicos tanto del Gobierno como del PP, tendría como principal objetivo advertir a Zapatero y Rajoy de “la necesidad de oponerse tajantemente a las pretensiones exigidas por la UE, de aplicar una quita del 20% a la deuda pública española”, que se pretende aprobar en la próxima reunión del Eurogrupo.
El Banco de España habría concluido que, si se realizaba esa quita del 20%, los bancos se verían obligados a realizar un ajuste por valor de 52.332 millones de euros.
Unos requerimientos de capital de tan alta magnitud, dejarían al sistema financiero español en déficit, absorbiendo el 23% del patrimonio neto total de la banca.
El informe también quiso advertir de que dicha reducción del valor de la deuda soberana, afectaría especialmente a los grandes bancos, que, al poseer bonos, letras u otras obligaciones emitidas por el Estado, necesitarían incrementar el capital para cubrir eventuales pérdidas.
Concretamente, señalaba que el BBVA sería el banco español más perjudicado por el “golpe de Bruselas”, ya que contabiliza 55.276 millones de deuda pública, por lo que la quita le obligaría a un ajuste en torno a los 11.055 millones.
Le seguiría el Santander, con 46.019 millones, lo que le supondría sufrir un ajuste del valor de aproximadamente 9.204 millones.
En tercer lugar se posicionaría La Caixa, que, con una inversión en deuda cercana a los 35.463 millones, tendría que ajustar 7.093 millones de euros.
Una vez hemos revelado el contenido de este informe económico confidencial elaborado por el Banco de España, veamos ahora como han reaccionado desde Ferraz y Génova, al conocer dicho documento.
Tras conocer las aterradoras cifras que manejaba el Banco de España, tanto el PP como el PSOE decidieron pactar un frente común “anti-Merkel”.
En círculos próximos a Mariano Rajoy confiesan que “Mariano no está dispuesto a recibir como herencia, tras las elecciones del 20 de noviembre, esta traumática situación del sector financiero que ha diseñado el supervisor”.
En ese mismo momento y según las fuentes consultadas, Rajoy comunicó, de forma inmediata, al Gobierno que resultaba trascendental para el país, “no ceder bajo ningún concepto, a las presiones de la canciller alemana”, y que dicha resistencia debía ejemplificarla el presidente Zapatero.
Es más, se considera imprescindible que Merkel reciba “el mensaje contundente” de que “la negativa española a sus pretensiones no sólo proviene del presidente del Gobierno en funciones, como es el caso de Zapatero”, sino que también “está respaldada por quién puede ocupar el sillón de La Moncloa en pocas semanas, así como por la amplia mayoría del sector financiero español”.
De este modo, se pretende rechazar firmemente y con toda justificación, una eventual quita, ya que, “ni los bancos españoles son capaces de asumir los riesgos en deuda soberana que han podido adquirir franceses o alemanes en Grecia, ni la situación de España es comparable con la griega, ya que los niveles de deuda soberana no tienen ninguna relación con la media de la deuda comunitaria”, afirman desde el Banco de España.
Veamos ahora, que alternativas ha planteado el Banco de España tanto a Zapatero como a Rajoy, para poder establecer un acuerdo que pueda admitir el Consejo Europeo.
Pese a que todavía faltan por concretar múltiples aspectos de la recapitalización, que debe aprobarse en la cumbre que se celebrará estos días en Bruselas, los principales bancos españoles, ya dan por hecho que el nuevo estándar de “core capital” se establecerá en torno al 9%, una vez estimada la deuda pública que posean en cartera a precios de mercado.
“A pesar de todo, la recapitalización es un escenario mucho menos agresivo que enfrentarnos a una quita de la deuda tan elevada”, reconoce en privado una de las entidades.
Los bancos también han querido advertir de que “la amenaza de los nuevos requisitos de solvencia no solo perjudicará a las grandes entidades financieras, sino al conjunto de la banca europea y, por tanto, de España”.
Lo que significaría que las necesidades de capital requeridas por el sector, pasarían a ser muchísimo más elevadas de las estimadas en un principio.
Cabe destacar también, que existe cierto malestar con el Gobierno y el Banco de España, entre algunos de los principales banqueros. “El Gobierno no ha sabido posicionarse con la fuerza necesaria en la UE ante este problema, siendo incapaz de defender nuestros intereses”, se lamentan en alguna entidad.
La manera de suavizar las necesidades de obtención de capital es que “la Autoridad Bancaria Europea tenga en consideración como parte del capital, las provisiones genéricas y los bonos convertibles”, admiten desde el sector financiero.
La opinión de las entidades españolas consultadas descarta completamente la primera opción, a pesar de los intentos del Banco de España, aunque si esperan que se tengan presentes, al final, los convertibles que vencen este año o el próximo.