El nuevo Ministro de interior, Antonio Camacho, ha cambiado el estilo y las formas de trabajo que practicaba su predecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba.
El ex-Secretario de Seguridad del Estado se ha tomado muy en serio su reciente cargo estrenado y pese a que solo permanecerá pocos meses en él, ya ha dado muestras de su profesionalidad y dedicación al trabajo.
Es el primero en llegar a su despacho, incluso antes que sus propios asesores, y además revisa detalladamente todos los informes que llegan a su mesa.
El trato con sus subordinados es distinto al que empleaba Rubalcaba, ya que la relación con ellos es mucho más metódica y exigente, utilizando un vocabulario muy técnico y no entablando ningún tipo de conversación que no tenga que ver con el trabajo.
Lee toda la prensa nacional antes de comenzar su trabajo para estar al tanto de lo que sucede a su alrededor, además de ser un obseso de la confidencialidad, por lo que sólo trabaja con una única secretaria, quien es la encargada de transmitirle todos los documentos sobre los que debe ser informado.
Además, consciente del plan de ahorro que debe llevarse a cabo en el servicio público, utiliza sólo un escolta para sus salidas, aunque la ley le permite disponer de hasta cuatro miembros de seguridad personal.
Según fuentes internas del propio ministerio, ha montado un auténtico “centro de operaciones” en su despacho desde donde coordina todas sus acciones, siendo reacio a establecer contactos con otras personas fuera del entorno de trabajo.