Al parecer, los “indignados” ya no están sólo en la Puerta del Sol sino que se han trasladado a la sede del PSOE, donde numerosos diputados y dirigentes socialistas pretenden tumbar la reforma constitucional anunciada por Zapatero y forzar una convocatoria que permita a los ciudadanos decidir la validación de este proyecto.
Rubalcaba no ha podido sofocar la crispación interna de su partido, donde muchos barones territoriales han confesado en público y muchos más en privado, que la realización de esta reforma, llevada a cabo en la sombra y al margen de la ciudadanía, es un nuevo ataque a los valores socialdemócratas que tanto insisten en recuperar, y cuyo único objetivo es apaciguar a los mercados financieros.
Para evitar lo que será inevitable, el candidato a la Presidencia, se reunirá hoy con toda la ejecutiva del partido desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche, con el objetivo de convencer a la cúpula del partido de las bondades de una propuesta que hace tan sólo una semana, él mismo rechazaba.
El principal objetivo de la reunión convencer a su partido de la importancia de permitir que la modificación de la Carta Magna se desarrolle en el ámbito exclusivamente político, al margen de la ciudadanía, y que por lo menos 35 diputados (10 % de la cámara baja), no fuercen una convocatoria de referéndum a posteriori.
Tarea ardua difícil, ya que el resto de formaciones al margen del PP y que suman 29 diputados, se oponen claramente a la propuesta socialista, por lo que sólo sería necesario que 6 diputados de sus filas o del Partido Popular se rebelasen contra las directrices generales del partido y votaran “sí, al referéndum”, hecho que parece bastante probable ya que los “indignados del PSOE” con legitimidad para votar superan ampliamente la docena.