Según unos estudios realizados en EEUU por la Sociedad Americana del cáncer, los individuos que se fuman un cigarrillo nada más despertarse, tienen muchas más posibilidades de padecer cáncer de pulmón, de garganta o de cuello, independientemente de si a lo largo del día fuma más o menos cigarrillos que los que lo hacen pasada una hora o más.
La conclusión de ambos estudios, es que los individuos que no son capaces de resistirse a fumar, tras levantarse, se debe a que sus niveles de nicotina y de otros componentes tóxicos del tabaco son más elevados que los que si consiguen resistir, y cuyas funciones cerebrales están menos influenciadas por la adicción.
Está mayor propensión a la adicción al tabaco puede deberse a factores genéticos, personales y ambientales que condicionen el grado de resistencia del individuo al tabaco.
Los datos ofrecidos por ambos estudios, muestran que los fumadores que encendían un cigarrillo a la media hora de levantarse, tenían 1,31 veces más de posibilidades de padecer cáncer que aquellos que lo hacían una hora después, aumentando la probabilidad a 1,79 veces si lo encendían en los primeros quince minutos.