Según han comprobado unos investigadores de la Universidad de Granada, guardar en exceso las malas experiencias del pasado deteriora gravemente nuestra salud física cotidiana.
El estudio realizado permite concluir que aquellos individuos que muestran una actitud negativa hacia los episodios pasados de su vida, suelen tener una actitud depresiva respecto a los episodios presentes.
Dicha actitud, provoca que se generan mayores problemas en sus relaciones sociales y amorosas, siendo estas personas, aquellas que presentan peores indicadores en calidad de salud.
Concretamente, realizaron el estudio mediante cuestionarios y pruebas de estimación temporal a un total de 50 individuos, 25 mujeres y 25 hombres con edades comprendidas entre los 20 y 70 años, tomados de una muestra aleatoria.
Tras analizar los resultados obtenidos, obtuvieron tres perfiles temporales entre los participantes del estudio: predominante negativo, predominante futuro y nivel equilibrado.
Lo curioso de este estudio aparece cuando se observan a los “predominantes negativos”, los cuales, muestran dificultades para esforzarse físicamente en actividades cotidianas y presentan limitaciones físicas necesarias para el cumplimiento en el trabajo, perciben con más intensidad el dolor corporal y tienen mayor tendencia a enfermar.
Además presentan determinada tendencia a estados depresivos, ansiosos y trastornos conductuales en general.