Tras los dos empates consecutivos, frente a la Real Sociedad y el Milán, toda la “opinión futbolística” no ha tardado en cargar contra la línea defensiva del Barça, sin embargo, veamos qué es lo que realmente ha sucedido en estos dos encuentros.
De pronto han vuelto a surgir todas aquellas teorías sobre el “fin de ciclo, la falta de ambición, errores en la preparación física, el virus FIFA, las inexplicables razones de una epidemia de isquios, la falta de centrales puros (aunque sólo te lleguen dos veces en un partido), y miles de razones absurdas más”. Bienvenidas todas.
Lo primero, tras el “puñetazo” que supuso la galopada de Pato, el equipo ha tardado 4 o 5 minutos en sacudirse el aturdimiento, excelente reacción de campeón, en 20 minutos, el Barça ha comenzado a imponer su estilo, momento en el que Guardiola ordenó una defensa de 3, con Mascherano de libre para las anticipaciones sobre el delantero brasileño.
Uno de los problemas que tuvo el Barça, fue la incidencia de Dani Alves, que “no es el mismo llegando que estando”, ya que con un Milán tan ordenado y concentrado en los pasillos centrales de su área, obligaba a Alves a estar permanentemente anclado en la banda, sin “capacidad de sorpresa”, lo que afecta negativamente en el rendimiento tanto del jugador como del equipo.
Es el cuarto gol encajado de saque de esquina, lo curioso resulta que el gol de Thiago Silva, se produjo en la zona central del área y ante la marca de los tres jugadores más altos que había sobre el terreno de juego (Abidal, Busquets y Puyol), el error fue que Silva, saltó más.
El gran problema de este equipo es la ausencia de Piqué, el equipo se “ordena a través del balón”, y sin la presencia del central, la salida de balón es “menos limpia”, por lo que el equipo tiene que retroceder 15 metros para minimizar los riesgos tras pérdida, Busquets tiene que retroceder su posición, Xavi desplazarse a la posición de 4, y el resto del equipo no presiona tan arriba sino que espera “más reculado”.
Ese es el problema, cuando el equipo “no muerde arriba, se resiente abajo”, pero no son los defensas, es la armonía que proporciona el balón.