Los escándalos en el fútbol italiano no paran de salir a la luz desde que en 2006, el escándalo del “Moggigate“, en el cual, el presidente de la Juventus de Turín controlaba una trama de amaño de partidos y compra de árbitros que llevó al equipo de Del Piero a competir en la Segunda división.
Pero en dicho escándalo no estaba sólo involucrado el equipo turinés sino que afectaba a otros equipos de la talla del Milán o la Sampdoria, cuyas medidas fueron menos ejemplarizantes, ya que sólo conllevó la penalización de una determinada cantidad de puntos.
En los últimos días ha saltado de nuevo el escándalo con la sanción al Atalanta, al cual, se le ha penalizado con 6 puntos menos en la próxima temporada tras su implicación en una red fraudulenta de apuestas deportivas.
Además, la Comisión Disciplinaria de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) ha condenado a Giuseppe Signori, ex-delantero del Lazio, a cinco años de cárcel y la inhabilitación de por vida a cualquier tipo de cargo deportivo y federativo relacionado con la Federación Italiana de Fútbol; y a Cristiano Doni, capitán del Atalanta, con tres años y medio de prisión.
La comisión se mostró benévola con los acusados rebajando las peticiones de la fiscalía, a lo que los acusados mostraron su total arrepentimiento alegando que en el momento en que se produjeron los hechos, atravesaban serias dificultades económicas, lo que les llevó a participar en dicha trama.
Además del Atalanta, otros 16 clubes de Segunda División y muchos más pertenecientes a categorías inferiores están siendo investigados por similares motivos, a la espera de que se reúnan todas las pruebas.