Superar la etapa del “No”

La etapa del “No” o el negativismo es una fase normal por la que, probablemente, pase vuestro hijo entre los 18 meses y los 3 años de edad.

Durante ese tiempo, responderá negativamente a la mayoría de las peticiones que le hagáis, aunque éstas sean agradables, mostrando un comportamiento más obstinado que cooperativo. Disfrutará rechazando cualquier sugerencia, independientemente de que se trate de ponerse la ropa o desvestirse, entrar o salir de la bañera, acostarse o levantarse de la cama, etc…

¿Cómo debe tratarse a un niño durante esta etapa?

No debéis tomaros muy en serio sus negativas.

Cuando vuestro hijo dice “No”, lo que realmente está tratando de transmitir es que: “¿Tengo que hacerlo yo?” o “¿De verdad me lo estás pidiendo?”

Es importante que no confundáis este tipo de respuesta con una falta de respeto. La etapa del “No” es fundamental para el desarrollo de su propia identidad y autodeterminación, por lo tanto, debéis procurar entenderla con sentido del humor.

No debéis castigarlo por decir “No”.

En este tipo de situaciones, sólo debéis castigarlo por lo que haga, no por lo que diga. Así pues y como tampoco podréis eliminar el “No”, lo más aconsejable será obviarlo.

Proporcionarle alternativas.

Este es el método más eficaz para conseguir que se sienta con mayor libertad y auto-control, lo que a su vez provocará que se muestre más receptivo a colaborar.

Algunos ejemplos de estas alternativas consistirían en dejarle escoger entre ducha o baño; qué libro le gustaría leer hoy; qué juguetes desea llevarse a su habitación; qué ropa quiere ponerse o qué quiere merendar, pero siempre siendo vosotros quien establezcáis las alternativas de las que dispone, de este modo, vosotros controlaréis la situación, aunque él crea lo contrario.

En caso contrario, nunca le ofrezcáis una alternativa cuando no la haya.

Por ejemplo, irse a dormir a una determinada hora o ir a la guardería, situaciones que por mucho que se empeñe él, no estarán sujetas a discusión.

Es decir, aunque es conveniente que le expliquéis las razones de por qué debe hacerlo (más allá de un simple porqué sí), no habrá, bajo ninguna circunstancia, ningún tipo de negociación, aunque siempre debéis intentar que la ausencia de opciones suene como una imposición negativa, transformándolo en una acción positiva, como por ejemplo “Hagamos esto”, en lugar de “Como no hagas lo que te digo… (sufrirás las consecuencias)”.

Por último, deberéis evitar responderle con excesivas negativas.

Si vuestro hijo exige algo y ninguno de los dos estáis seguros, en ese momento, de qué se le debe responder, mantener la calma y contad hasta 10 antes de decir “No”, de tal modo que no parezca que no aceptáis nada de lo que os pida.

En el caso de que accedáis a lo que pide, hacedlo antes de que empiece a lloriquear, ya que de este modo evitaréis que aprenda a utilizar el llanto, o incluso la rabieta, como el único medio para conseguir lo que desea.