La escritura puede resultar todo un reto para los más pequeños, ya que aunque estén muy motivados ante ella, según va pasando el tiempo, pueden ir encontrando algunas dificultades motrices, como pueden ser el control del trazo, la coordinación ojo-mano o la direccionalidad, las cuales, retrasarán el aprendizaje de la misma.
Algunos niños, además de encontrar las dificultades motrices mencionadas anteriormente, también pueden verse frustrados por otros obstáculos que le estancarán en su aprendizaje de la escritura, como dificultad al convertir los sonidos en letras y sus pensamientos en signos escritos.
Qué hacer y no hacer ante el aprendizaje de la escritura
Dado que el aprendizaje de la escritura puede resultar algo complicado para muchos niños, se recomienda que los adultos que rodeen al niño le apoyen y le ayuden en ese proceso para que no se sienta inseguro. Habrá que inculcarle al niño desde un primer momento seguridad y confianza en sus posibilidades y progresos.
Por otro lado, será muy importante no forzar el aprendizaje de la escritura antes de tiempo, y cuando el niño comience con ella, no habrá que corregirle constantemente, será mejor esperar a que termine, ya que de lo contrario lo único que conseguiremos será que se bloquee.
Cómo estimular el aprendizaje de la escritura
Una de las mejores maneras que se pueden llevar a cabo para fomentar o estimular el aprendizaje de la escritura en el niño, es a través de los juegos, ya que éstos le ayudarán a ver la escritura como algo divertido y sencillo de realizar. Para motivar aún más al niño, éste ha de tener un estuche con todo lo necesario para escribir siempre a mano.
La escritura precisa de una buena precisión en los movimientos de los dedos y la mano, por eso serán muy importantes juegos que trabajen la psicomotricidad fina. En este caso podemos hacer un guiñol pintándole una cara en cada dedo para que el niño los mueva de forma independiente según se cuenta la historia, pintar con pintura de dedos, amasar plastilina, juegos de imitación que trabajen estas partes del cuerpo, etc…
Otro aspecto fundamental en la escritura es la orientación espacial, por ello, podemos hacer juegos de esquivar sillas, pasar por debajo de las mesas, o caminar recto por encima de una línea del suelo. Además, para mejorar el control del trazo, se pueden representar canciones donde se muevan las manos y los pies siguiendo un patrón de movimiento.
Fuera de las actividades escolares, se puede aprovechar cualquier momento para que el niño escriba: dictándole uno de sus cuentos favoritos, dejándole ayudar con la lista de la compra o animándole a escribir una carta a sus abuelos.