Un elevado número de adolescentes experimentan periodos de falta de apetito, no obstante, cuando no comen, son los padres los que viven esta situación con angustia, pensando en que puedan padecer alguna enfermedad, sin embargo, estos episodios pueden resolverse de forma sencilla.
Veamos a continuación algunas recomendaciones sobre cómo tratar los casos de inapetencia en adolescentes.
Asegurarse de que no se trata de una enfermedad
Ante un chaval que no tenga hambre, es necesario descartar que dicha inapetencia sea causada por alguna patología. En este caso, observaremos si sufre o no dolor abdominal, fiebre o náuseas.
Incluye alimentos nuevos de manera progresiva en su dieta
Para introducir un nuevo alimento en su dieta, deberá hacerse justo al inicio de la comida y en repetidas ocasiones, ya que como mínimo, deben realizarse 8 ó 10 exposiciones del nuevo alimento hasta que el adolescente comience a aceptarlo.
Respetar la rutina de las comidas
Si el adolescente no ha ingerido nada durante una de las comidas, no habrá que obligarle a comer, sino esperar a la siguiente comida, de este modo, no romperemos la rutina alimentaria establecida.
Eliminar los alimentos poco nutritivos
En caso de que coma poco, tendremos que limitar el consumo de bebidas refrescantes azucaradas, productos de pastelería, chocolate y chucherías, los cuales, le aportan pocos nutrientes y muchas calorías, además de quitarle el apetito para otros alimentos más saludables.
Ejercicio físico para abrir el apetito
El consumo de calorías a través de la práctica deportiva, permite incrementar el apetito, así como contribuir al desarrollo psicomotor y psicosocial del adolescente.
Enriquecer los alimentos
Si el adolescente come poco, será necesario aprovechar las pocas veces en las que coma, para aportarle los nutrientes y la densidad calórica que su organismo necesita.
Dar ejemplo
En muchas ocasiones, que en el ambiente familiar se ejemplifique una buena actitud hacia el hecho de comer, pero siempre saludablemente, puede provocar que el adolescente identifique las comidas como un momento de disfrute.
La primera impresión es importante
Una presentación atractiva del plato animará al adolescente a comérselo. Añadiendo estímulos sensoriales será una excelente idea para que le entre hambre.
Por último, es importante recordar siempre que la comida debe ser una experiencia agradable que debe producirse en un ambiente relajado y familiar, sin gritos ni presiones de ningún tipo, por lo tanto, nunca se deberá hacer de la inapetencia un drama.