Un esguince es un desplazamiento de una articulación más allá de lo que es el movimiento normal en ella, dañándose el ligamento que limitaba dicho movimiento. Dependiendo del movimiento anormal que se haya realizado, se dañará un ligamento u otro.
Cuando un esguince no se cura bien, el ligamento puede quedar más extendido de lo normal, por lo que resulta que, a partir de ese momento, la articulación se vuelve más inestable y, por lo tanto, suele ser frecuente que se vayan produciendo más esguinces de forma sucesiva, aunque los movimientos no sean tan bruscos como el que ocasionó el primero.
Cómo tratar un esguince
Para evitar los problemas derivados de un esguince, sobre todo el de tobillo o rodilla, es fundamental aplicarle un tratamiento adecuado, el cual, se puede efectuar de dos maneras distintas.
De forma pasiva. Consiste en realizar reposo durante unos días o semanas, según indique el médico en función del daño sufrido.
Tras dicho reposo, será fundamental que se comience a ejercitar la articulación de forma progresiva, es decir, empezar por hacer vida normal sin ejercicio físico, para poco a poco ir aumentando la presión sobre la articulación, hasta que recupere su estado anterior.
En función de la gravedad del esguince, el reposo de los primeros días se realizará con un vendaje comprensor, o bien, con una férula de inmovilización.
De forma activa. Consiste en la rehabilitación de la articulación mediante el trabajo de un fisioterapeuta, el cual, conseguirá una curación y recuperación más rápida y eficaz.
Jamás debe optarse por esta alternativa, si no se dispone de los conocimientos necesarios.
Tratamientos erróneos para un esguince
Es habitual que muchos padres, cuando acuden al hospital porque su hijo se ha hecho un esguince, pregunten por si es necesario realizarle una radiografía. En este caso, y a menos que se sospeche de una fractura de hueso, la radiografía será totalmente inútil, ya que en sus resultados sólo se verán los huesos y no los tendones, qué es lo que se ve afectado en un esguince.
En este mismo sentido, también se suele preguntar por cremas o sprays para reducir la inflamación del esguince, los cuales, si bien pueden conseguir aliviar levemente el dolor del niño, no tienen la capacidad de penetrar en el interior de la musculatura para reducir la inflamación del tendón. En este caso, lo más efectivo es ingerir un anti-inflamatorio oral como es el ibuprofeno.